NÓTT007 PODCAST SURFER ROSA

Nicole Knapp es Surfer Rosa, una Estadounidense radicada en Bogotá, que empezó hace unos años tocando post punk, dark wave, industrial, electro y ebm en fiestas góticas en el emblemático Asilo Bar en la capital. Amante de las películas de terror y los sonidos "infrasound", y, con un toque cada vez más electrónico sin abandonar el "goth", Nicole nos lleva por un viaje de sintetizadores con melodías espeluznantes con diversos tintes de post punk y ebm.

Sabemos que alrededor del 2012 comienzas a involucrarte en la escena electrónica al mudarte a Bogotá, tocando regularmente en fiestas góticas inspiradas en David Lynch ¿Que te impulsó a interesarte en ese estilo y ese personaje, y con que colegas comenzaste a mezclar?

Pues, más que cualquier género específico o artista, creo que las películas de terror son mi mayor influencia en la música que pongo. Hay un concepto que se llama “Infrasound” que básicamente es la idea de sonidos con una frecuencia muy baja que causan un sentimiento de temor y miedo en los seres humanos. Las fiestas “Eraserhead” capitalizaron este sonido. David Lynch usó Infrasound en la película Eraserhead, y también fue utilizado en películas como The Birds y Irreversible. Entonces, creo que la idea de estas fiestas era recrear este sensación espantosa y hacerla bailable.

En Asilo, donde hacen estas fiestas, toqué post-punk, darkwave, electro, industrial, EBM, y minimal synth. La idea también era poner canciones bastantes desconocidas. Entonces, era una búsqueda constante de encontrar canciones extrañas y bailables. A veces la pista de baile se quedaba vacía totalmente, porque elegí una canción demasiado rara – es un proceso, la disciplina de su estilo, es decir, algo que suena chévere en la casa no siempre tiene lugar en un club.

Ahora, me siento que me estoy desviando hacia un toque más electrónico, pero todavía muy alineado con el género “goth.” Hace un par de meses el colectivo Overcast me invitaron a tocar en su fiesta “The Get Together,” y pensaba experimentar con música que no podría poner en Asilo, porque se desviaba bastante lejos de lo que hacemos allá. Era una gran oportunidad.

Cuéntanos la historia detrás de tu a.k.a. ¿De donde surgió el alias “Surfer Rosa”?

Surfer Rosa es el nombre del disco de 1988 de Pixies, una de mis bandas preferidas. Cuando era una adolescente, solía ir en bicicleta a la biblioteca pública para arrendar discos – Pixies, New order, Kraftwerk, Depeche Mode, The Fall – cosas que eran, en los principios de la década de 2000 en los EEUU, más o menos pasadas de moda. Ya están suficientemente viejas para ser chéveres de nuevo, supongo. Pero, pues, no me gustaban las cosas de la radio y no tenía plata para comprar discos, y no existía streaming ni youtube, etc. Entonces, fui a la biblioteca para encontrar cosas nuevas, y elegí cosas solo por la portada del álbum.

Un día encontré el disco “Surfer Rosa,” tenía una bailadora de flamenca sin blusa al frente de un muro arruinado, con un crucifijo arriba. Todo en blanco y negro, muy chévere. Y traje a mi casa el disco y me fascinó todo. El sonido era agresivo pero accesible, las letras eran algo pervertidas, y especialmente me encantó la dinámica de lo masculino y femenino entre los dos cantantes, Frank Black y Kim Deal.

Decidí llamarme Surfer Rosa porque es un disco que representa la música que amo. Las influencias musicales que tengo no son techno ni house, sino punk, post-punk, y rock. Y el enfoque para construir sets es: muchas voces, cambios de BPM, y temas oscuros. Ósea: un poco raro, pero no tan raro como para que las personas no se sientan conectados con la música.

Aparte de Colombia ¿Has tenido la oportunidad de mezclar en otros países, como por ejemplo Estados Unidos, tu país de nacimiento?

De verdad, hace mucho tiempo no voy a los EEUU. Me gustaría tocar fuera del país, obviamente. Vamos a ver.

Mencionas en tu biografía una fascinación por todo lo demoniaco, fetichista y freaky. Partiendo de eso ¿Consideras que en tus sets buscas resaltar sonidos que se aproximen a esas ideas? y ¿Cuáles son?

Claro que sí. Algo medio raro que hice, fue estudiar teología por seis años antes de llegar a Bogotá. Y me fasciné mucho los primeros años de catolicismo, cuando había sectas innumerables. Algunas de estas tuvieron rituales que parecen muy anti-cristiano, como la adoración de serpientes, o el uso de números mágicos, o la masturbación ritualista. Eventualmente el catolicismo que sabemos se comió todas estas sectas tan chéveres, pero todavía el catolicismo convencional tiene su lado oscuro.

Por esta razón amo lo oculto y lo esotérico. En un punto de la historia en occidente, era totalmente aceptable tener estos aspectos oscuros como parte de la espiritualidad. Supongo que es la misma razón por la cual me encantan las películas de terror.

El set que hice para NOTT era como imaginaba que una posesión demoniaca sonaría en 120 BPM. De hecho, en una canción, el cantante sufrió un exorcismo cuando era un niño. Ya estoy trabajando en otro que es un soundtrack para una sesión de BDSM. Entonces, supongo que no soy muy sutil con estas influencias.

Ahora que te estas moviendo tanto en la escena electrónica Bogotana, ¿Has pensado en producir tu propia música?

Claro que sí. Soy afortunada de tener los recursos para hacerlo (mi pareja es músico), solo es un asunto de sacarle el tiempo y aclarar la visión.

¿Qué viene para Surfer Rosa en lo que sigue de este 2018?

En este momento, estoy enfocada en hacer más sets, y quiero aprender como tocar con vinilos. Ojala tocar en más eventos. Halloween parece un buen tiempo para tocar en lo ya estoy trabajando. Hay un grupo de canciones de minimal synth que me gustaría hacer una serie de edits para ellas.

En qué entorno o situación quisieras que se escuchara este mix?

En un Haunted house con una pista de baile.